martes, 19 de abril de 2011

AGUA

Crisis de los soberanos;
no basta ya la sangre de los pueblos,
no se contentan con sus cuerpos,
quieren poseer sus almas,
y se pudren entre las rocas,
y su veneno de dulces coimas
ya cosechan furia del alba.

Y la devoran en túneles de vida prestada,
y se van con las cabezas pesadas
de tanta muerte,
de despojos,
de nada.

Cuando el sol se opaque,
y queden raíces secas buscando alas,
cruzarán al otro lado,
para beber, para dar esperanza.

Creerán que son Ángeles,
pero serán almas de pueblos,
de voces, de rabia,
y degollarán al grande,
para que deje de ser bestia,
para que no aniquile el linaje,
para que no les robe
sus aguas.

Antonio Ceferino Salvalaggio